El principito y el nativo digital (capítulo perdido de «El prinicipito»)
El octavo planeta estaba habitado por un nativo digital. Tenía un smartphone en la mano y no cesaba de tocarlo con los dedos.
-¡Buenos días! -dijo el principito.
-¡Buenos días! -respondió cortésmente el nativo, pero no alzó la mirada de su aparato. Las yemas de sus dedos no cesaban de posarse sobre la pantalla.
-¿Qué haces? – preguntó el principito.
-Converso con mis amigos – contestó el nativo sin alzar la mirada.
-Pero estás solo. ¿Dónde están tus amigos?
-Por ahí… Por allá… -contestó el nativo.
-¿Vamos a ver un atardecer?
-No puedo -contestó el nativo. – Estoy conversando con mis amigos.
-Pero estás solo.
-No, algunas veces nos vemos en persona. Pero la mayor parte del tiempo nos comunicamos por aquí. Es mucho mejor, no tengo que ir a ningún lado y ellos tampoco.
-¿Y de qué sirve tener amigos si no los ves?
-Me ahorra tiempo.
-¿Tiempo para qué? -preguntó el principito.
-Para conversar con mis amigos.
«Tal vez no vale la pena tener amigos -pensó el principito- si uno siempre va a estar solo.»
QUÉ GRAN REFLEXIÓN!!!MUCHAS GRACIAS
Que gran reflexión Javier, me ha gustado mucho. Gracias, y espero que colabores más en la página.
Que bueno. Gracias Javier.