Auriculoterapia, o vudú 2.0.

Por  el 

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  • Recientemente Penélope Cruz ha aparecido en público con unas extrañas bolitas en su oreja. Según confiesa se está sometiendo a un tratamiento de auriculoterapia para adelgazar. Qué alguien tenga un Oscar no implica que tenga un mínimo de cultura científica, o que se deje aconsejar de la mejor forma posible. El peligro es que Penélope es un ídolo para muchas personas que pensarán que esta terapia funciona, por que la usa Penélope, y ya tenemos un hermoso razonamiento circular, pero nada más lejos de la realidad. La auriculoterapia es una de las muchas supercherías que campan a sus anchas.

La auriculoterapia no es más que un refinamiento de la acupuntura. Como pasa en la pseudociencia en general, la falta de rigor, el amplio nicho de mercado y sobre todo, la necesidad de ofrecer algo que la competencia no tenga, hace que surjan nuevas pseudomedicinas a partir de las antiguas. Al fin y al cabo, como no hay ensayos clínicos que las avalen, ni autorizaciones del ministerio que conseguir, solo hace falta un poco de imaginación y un mucho de morro. La acupuntura se practica desde hace milenios en China y en Mongolia (donde se encontraron los restos arqueológicos más antiguos que apuntaban a su práctica) y en 6.000 años no parece haber adelantado mucho ni contribuido al aumento de la esperanza de vida, puesto que tiene más de religión que de ciencia.

Se basa en la idea de que por el cuerpo fluye una energía vital (o chi) por unos supuestos canales energéticos (los meridianos). Según esto la enfermedad es debida a un desequilibrio entre estos canales. Aplicando agujas en unos puntos concretos se pueden restablecer el equilibrio y por tanto la salud. Un pequeño detalle que nunca mencionan los acupuntores es que la energía no es algo abstracto sino medible, y de hecho podemos medir el potencial eléctrico que hay en al membrana de cualquier célula. Este potencial sirve, entre otras cosas, para tomar o expulsar moléculas del medio o para transmitir el impulso nervioso (en levadura por ejemplo es de -150 mV). A diferencia de este potencial de membrana (real) la energía que explica la acupuntura nunca se ha observado ni medido.

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