TIRANDO DE WHATSAPP (4ª PARTE)

«No solo no sabemos lo que los estudiantes necesitarán en el futuro, sino que probablemente ni siquiera lo tenemos para dárselo». Andrés

En esta cuarta entrada aparecen reflejadas las opiniones de Andrés y Tirso. ¡¡Cómo es posible que haya personas que, aun usando WhatsApp, escriban tan bien!!

Andrés: El mundo cambia cada vez más rápido. El presente dura muy poco y no estamos bien preparados para ello. Antes, cabía pensar que los estudiantes requerirían competencias parecidas a las que sus padres usaban día a día. Pero ahora la educación prepara a los alumnos para un futuro que es impredecible. Es más, no solo no sabemos lo que los estudiantes necesitarán en el futuro, sino que probablemente ni siquiera lo tenemos para dárselo. Creo que el aula tiene que ser un espacio orientado de otra forma:

– El alumno debe aprender a valerse por sí mismo, a tomar decisiones, a gestionarlas, a aprender de la experiencia, a buscar información y sopesarla, a reconocer las fuentes fiables, etc. Es decir, el alumno debe saber cómo adaptarse a lo que necesite en el futuro, reciclarse, cambiar…

– Al alumno hay que expandirle el horizonte. No creo que haya que orientar la enseñanza hacia sus intereses, sino orientarle para que se deje interesar por muchas cosas que no conoce y, de esa manera, sea más libre para trazar su propio camino en el futuro.

– Creo que los contenidos fijados por ley impiden que los centros puedan innovar con estilos de enseñanza realmente valiosos. ¿Por qué los padres no pueden elegir que sus hijos estudien en centros donde se aprende a través del deporte o del arte? Más allá de la aritmética básica y competencias de comunicación adecuadas, los contenidos son un bloqueo. ¿Y por qué tiene que depender la Educación de todo un país del acierto o error del ministro de turno?

– Tampoco hay margen para flexibilizar el trabajo en el aula en otras cosas. ¿Por qué tengo que estar con gente nacida el mismo año que yo? ¿Acaso la «fecha de producción» es un criterio que tenga algo que ver con el aprendizaje? La agrupación en el aula podría ser de mil maneras y yo no propongo ninguna concreta (por intereses, por nivel, por afinidad, por estilos de aprendizaje…), sólo que no se imponga el criterio de edad.

– Creo que el aula también es el sitio para aprender disciplina, esfuerzo, constancia… Saber valorar el trabajo realizado, encajar los fracasos… Aprender a estudiar: razonar, memorizar, analizar, sintetizar.

– Por último, siento que el mundo se orienta por un camino algo alejado de lo que actualmente se enseña. Echo en falta que a los alumnos se les forme más en economía, técnicas de comunicación, técnicas de organización y planificación, creatividad, espiritualidad y versatilidad (ser capaz de saber algo de todo, pero también ser experto en algún campo concreto)

Tirso: Aprender a aprender es la clave de la revolución de la enseñanza de nuestro tiempo. Las largas jornadas memorísticas y el recitar interminable del profesor deben pasar al cajón de la historia (creo que aquí parafraseo a Marx) y dar paso a un sistema mucho más interactivo que potencie las herramientas virtuales de las que disponemos en la actualidad.
De nada sirve dar la espalda a las máquinas, adoptando una actitud ludita impropia de nuestro tiempo. Es evidente que la nueva revolución tecnológica exigirá una adaptación económica (de ahí la exploración de posibilidades como la renta básica universal), social (la condición moral del trabajo) y educativa, con la utilización de la red como elemento indispensable en la enseñanza.

Debemos estar actualizándolos constantemente en la era del cambio constante. Del aprendizaje perpetuo. Las jornadas de estabilidad parecen un sueño de una Arcadia pasada, y hemos de entender que el riesgo y la flexibilidad en el empleo son elementos constitutivos de nuestro tiempo. La educación es clave para poder construir una sociedad que abogue por la flexibilidad, la seguridad y la igualdad de oportunidades