Canarias, territorio de exploraciones científicas
Inspirado en la preciosa exposición “Canarias, territorio de exploraciones científicas” de la Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia
Las Islas eran la última escala para repostar antes de continuar hacia América u otras lejanas tierras; en esos días los viajeros o los científicos aprovechaban para recorrer el terreno, hacer la obligada ascensión al Teide, recoger plantas y realizar observaciones físicas o etnológicas. El territorio canario va desvelando paulatinamente sus tesoros.
Será en una segunda etapa a lo largo del siglo XIX, de la que Humboldt es en gran medida responsable, cuando los naturalistas y científicos vengan a las Islas a estudiar su constitución geológica, la rica y exótica flora, su fauna, su clima, su cielo o las costumbres de sus antiguos pobladores. Se convertirán así en campo de análisis y estudio, en territorio de exploración, en suma.
Las expediciones científicas de la época tuvieron un interés especial en recoger muestras de la naturaleza (plantas, animales, minerales…) de los territorios visitados para exportarlas a Europa, de modo que los museos del viejo continente (sobre todo de Inglaterra y Francia) albergaron grandes colecciones de historia natural, fruto de lo que los naturalistas colectaban alrededor del mundo. Era como la prueba de que se había llegado a territorios lejanos, una recompensa o un botín que los europeos ya podían admirar en sus metrópolis.
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«Ningún sitio me parece más apropiado para suprimir la melancolía y devolver la paz a un alma que sufre, que el de Tenerife». Humboldt
«Encuentro el Valle de la Orotava más variado, más atractivo, más armonioso incluso que las riberas del Orinoco, los valles de México o las cordilleras del Perú» (escrito años después de pasar por la isla) Humboldt